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Salir al campo y observar la naturaleza es algo que disfruto enormemente. Siempre me sorprende ver lo bien organizados, conectados y colaboradores que son todos los elementos de un ecosistema.

Una abeja sabe que es una abeja y no se pregunta por qué no salta como una liebre. Una mariposa pasa lentamente por el proceso de transformase y crecer sus alas después de estar en su propio ‘capullo’ de cambios completos, en tanto que crisálida.

No hablo el ‘lenguaje mariposa’ mas si pudiese, estoy segura de que aprendería mucho. Quizá descubriría que la mariposa en ningún momento se le ocurrió convertirse en león. Tampoco estaría en sus planes acelerar su propia transformación. Seguro me diría que, simplemente «confíe en el proceso» y respete mis propios ciclos.

La crisálida tiene todo el potencial para convertirse en mariposa, y lo hará si todas las condiciones son correctas. Una bellota tiene todo el potencial para convertirse en un roble enorme, fuerte y esplendoroso, si las condiciones son las correctas. El potencial para la grandeza está en su interior, en su propio código y ADN.

Como seres humanos, también tenemos un gran potencial. Está en nuestro interior. Cultivar las condiciones adecuadas para desarrollarlo y expresarlo, es crucial.

 

 

Es curioso, somos la única especie que se mira entre sí tratando de ser el ó la que está enfrente; intentando ser el ‘otro’, en lugar de simplemente ser. Ser «yo misma», ser «tú mismo (a)».

Todos contamos con una genialidad innata y un tremendo potencial de crecimiento e innumerables talentos. Sin embargo, no todos estamos conscientes de esa grandeza interna.

Puede ocurrir también que sí lo sabemos, lo palpamos, estamos conscientes de aquella genialidad pero por alguna razón aparecen temores (conscientes o escondidos) respecto a quiénes somos, nuestro potencial, o incluso, dudas entorno a cómo usar or expesar esa genialidad.

Otras veces, nos enfrentamos a nuestras propias sombras.

Y sí, no sólo lo he vivido en carne propia, también lo he escuchado de gente maravillosa con la que trabajo y forman parte de mi mundo: ese temor a ser juzgados, a qué pasará si soy demasiado visible, a que me cuestionen sobre ‘quién soy para compartir o enseñar lo que enseño y comparto’, o en casos particulares, el nacimiento de una inquietud (por no llamarle temor) a brillar ó brillar demasiado.

Sí, muchas veces, esas inquietudes, dudas o temores, ni siquiera responden a nuestra propia naturaleza interna. Nadie nos dijo cómo pasar por este proceso de convertirnos en «nosotros», en «yo mismo (a)». En la escuela nos enseñan técnicas, teorías, el cómo HACER. Pero no, el sistema escolar regular, no nos enseña a SER.

A eso, sumemos que, debido al condicionamiento cultural, educativo, social, o incluso familiar, hay una tendencia a buscar lo que «falta» y tratar de completarlo, en lugar de valorar lo que ya está ahí, cultivarlo y expandirlo. Me refiero en términos de genialidad naturaltalentos innatos, nuestras fortalezas y esencia personal. Además, claro, de todo lo que aprendemos a través de la experiencia profesional y de vida. Como en la naturaleza, nuestro propio potencial puede expresarse y expandirse si cultivamos las condiciones adecuadas.

Es por eso que amo observar y aprender de la Madre Naturaleza, quien me acompaña en mi día a día, me inspira y me obsequia fortaleza. Considero que, compartir y traducir eso que aprendo, orientando a otros, es parte de lo que requiero hacer en estos momentos: compartir, conectar, enseñar, orientar y facilitar transformación.

Para quienes me conocen personalmente, saben a lo que me he enfrentado en los últimos tiempos y los cuestionamientos que me he hecho a partir de la partida inesperada de mi madre, una mujer guerrera, quien siempre usó su potencial para servir al prójimo y quien tenía el ‘regalo’ de ver el potencial en todo, y en todos.

Así que ahora me encuentro en una misión personal para guiar a aquel que desee cultivar su genialidad natural y plantar las semillas para crear flujo y abundancia en su vida, trabajo y negocios, respetando su naturaleza interna, ritmos, ciclos, creatividad y su manera personal para ser más productivos, conectar con los demás y comunicarse de acuerdo a su propia esencia y personalidad. De esa forma, ser el LIDER natural de su propia vida.

Sí, eso es lo que la naturaleza me ha enseñado: a respetar mis ciclos y ritmos propios, a observar mi manera natural de ser, a conectar con mi gente. A a ‘nutrir’ mi relación con los demás y mi entorno, a servir… A fluir como el río, a transformame como las nubes o la crisálida, a ‘prender la mecha’ de la manera que lo hace el fuego. A ser fuerte y a la vez, flexible, como el bambú; a anclarme a la tierra como las raíces de un árbol. Además, me mostró que compartirlo con otros es parte de mi misión.

Mi lema: «Honour your inner nature. Cultivate your natural genius».

Honra tu naturaleza interior. Cultiva tu genialidad natural.

Por cierto, en breve iniciaré una nueva aventura.

A finales del mes de julio daré un curso en línea, destinado a ‘abrazar nuestra genialidad’. Y sí, esta vez el curso será en español, mi lengua materna. Generalmente trabajo en inglés, así que, aquí estoy, saliendo de mi zona de ‘confort’ pero realmente conectada a mi propia esencia interna, mi propia genialidad.

¿Puedo pedirte un gran favor?

Si conoces a alguien que pueda beneficiarse de este curso, invítalo a unirse a «Abraza tu genialidad». Aquí está el enlace para las inscripciones: https://abrazatugenialidad.com/talleres/

Mientras tanto, les deseo una hermosa de semana y todo lo mejor para que honren su #genialidadnatural #yournaturalgenius

Obtén GRATIS el pdf "La ruta a tu genialidad".

31 pasos para despertar tu genialidad, abrazarla y brillar.L

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